Solicitada publicada en Página 12
14 de julio de 2008
Tal como lo hicimos hace menos de un mes, el martes 15 de julio marcharemos en defensa de la democracia y en reclamo por más distribución de la riqueza. Nos sentimos convocados y convocadas a expresar públicamente nuestra posición a raíz de las nuevas manifestaciones de sectores conservadores y privilegiados que intentan condicionar la democracia, a través del rechazo a las decisiones del Congreso Nacional, del desgaste de la autoridad presidencial, el lock-out patronal y el desabastecimiento.
La fase actual de la embestida, cuando el Senado trata las modificaciones a la ley de retenciones móviles que protegen a los pequeños y medianos productores, demuestra la clara voluntad de la nueva derecha por impedir que parte de las extraordinarias ganancias que tiene el agro puedan destinarse a enfrentar la pobreza y la marginación que aún afectan a millones de compatriotas.
A ellos no los moviliza la injusticia social y mucho menos la defensa del sistema democrático. Protestan y amenazan porque no están dispuestos a ceder una porción de sus rentas en favor de quienes menos tienen. Si prevalecieran triunfarían el egoísmo, la concentración económica, la desigualdad; sería el triunfo de quienes sólo respetan al Estado si éste se pone a disposición de sus negocios.
A nosotros no nos moviliza solo la defensa del Gobierno nacional, tampoco somos parte del PJ, pero estamos comprometidos con la actual etapa histórica de cambios en nuestro país y en la región. Marchamos por una mayor y mejor distribución de la riqueza, en favor de la democracia, del respeto a las instituciones y a la voluntad de los representantes del pueblo. Queremos que el Estado pueda intervenir para garantizar el acceso universal a todos los derechos sociales, políticos y económicos, que se debata y profundice un nuevo modelo productivo y distributivo.
Somos miembros de distintos partidos políticos, organizaciones sindicales, movimientos sociales, organismos de derechos humanos, asociaciones de pequeños empresarios, economistas, decanos y profesores universitarios, científicos e investigadores, sacerdotes en opción por los pobres, intelectuales y artistas integrantes del espacio Carta Abierta y ciudadanos y ciudadanas sin militancia partidaria ni institucional.
Es intolerable que existan altos niveles de hambre y exclusión en uno de los mayores productores de alimentos del mundo y en medio de una gran concentración de la riqueza. Por eso reclamamos una reforma impositiva integral, que grave a todos los sectores que en estos años han tenido beneficios extraordinarios, como la especulación financiera y la minería. Objetamos, entre otras cosas, el no reconocimiento de la CTA, la destrucción del INDEC, el proyecto de construcción del tren bala.
Pero está claro que la restauración conservadora no apunta contra esas deudas sino a retrotraer los pasos que sí se dieron en estos años: la recuperación institucional tras la crisis 2001-2002, el saneamiento de la Corte Suprema, el juicio a los responsables del Estado terrorista, la caída en los niveles de desocupación, pobreza e indigencia, la mayor y mejor cobertura provisional, la política exterior independiente, de integración con los gobiernos democráticos de Sudamérica, entre otros avances.
Cuestionan por autoritario al Gobierno pero amenazan con desabastecer; se quejan por la falta de diálogo pero anticipan su rechazo a toda decisión del Congreso que no satisfaga sus ambiciones económicas. El perjuicio que buscan generarle a la sociedad y a la institucionalidad democrática, es un intento de desestabilización que desmiente el falso espíritu pacífico y patriótico con que intentan encubrir sus objetivos.
De esta crisis sólo se sale con más democracia y más distribución de la riqueza.
Por ello, convocamos a todos y a todas a concentrarnos a las 14 horas del martes 15, en la esquina de San José y Av. de Mayo, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para marchar hacia la Plaza de los Dos Congresos.
La fase actual de la embestida, cuando el Senado trata las modificaciones a la ley de retenciones móviles que protegen a los pequeños y medianos productores, demuestra la clara voluntad de la nueva derecha por impedir que parte de las extraordinarias ganancias que tiene el agro puedan destinarse a enfrentar la pobreza y la marginación que aún afectan a millones de compatriotas.
A ellos no los moviliza la injusticia social y mucho menos la defensa del sistema democrático. Protestan y amenazan porque no están dispuestos a ceder una porción de sus rentas en favor de quienes menos tienen. Si prevalecieran triunfarían el egoísmo, la concentración económica, la desigualdad; sería el triunfo de quienes sólo respetan al Estado si éste se pone a disposición de sus negocios.
A nosotros no nos moviliza solo la defensa del Gobierno nacional, tampoco somos parte del PJ, pero estamos comprometidos con la actual etapa histórica de cambios en nuestro país y en la región. Marchamos por una mayor y mejor distribución de la riqueza, en favor de la democracia, del respeto a las instituciones y a la voluntad de los representantes del pueblo. Queremos que el Estado pueda intervenir para garantizar el acceso universal a todos los derechos sociales, políticos y económicos, que se debata y profundice un nuevo modelo productivo y distributivo.
Somos miembros de distintos partidos políticos, organizaciones sindicales, movimientos sociales, organismos de derechos humanos, asociaciones de pequeños empresarios, economistas, decanos y profesores universitarios, científicos e investigadores, sacerdotes en opción por los pobres, intelectuales y artistas integrantes del espacio Carta Abierta y ciudadanos y ciudadanas sin militancia partidaria ni institucional.
Es intolerable que existan altos niveles de hambre y exclusión en uno de los mayores productores de alimentos del mundo y en medio de una gran concentración de la riqueza. Por eso reclamamos una reforma impositiva integral, que grave a todos los sectores que en estos años han tenido beneficios extraordinarios, como la especulación financiera y la minería. Objetamos, entre otras cosas, el no reconocimiento de la CTA, la destrucción del INDEC, el proyecto de construcción del tren bala.
Pero está claro que la restauración conservadora no apunta contra esas deudas sino a retrotraer los pasos que sí se dieron en estos años: la recuperación institucional tras la crisis 2001-2002, el saneamiento de la Corte Suprema, el juicio a los responsables del Estado terrorista, la caída en los niveles de desocupación, pobreza e indigencia, la mayor y mejor cobertura provisional, la política exterior independiente, de integración con los gobiernos democráticos de Sudamérica, entre otros avances.
Cuestionan por autoritario al Gobierno pero amenazan con desabastecer; se quejan por la falta de diálogo pero anticipan su rechazo a toda decisión del Congreso que no satisfaga sus ambiciones económicas. El perjuicio que buscan generarle a la sociedad y a la institucionalidad democrática, es un intento de desestabilización que desmiente el falso espíritu pacífico y patriótico con que intentan encubrir sus objetivos.
De esta crisis sólo se sale con más democracia y más distribución de la riqueza.
Por ello, convocamos a todos y a todas a concentrarnos a las 14 horas del martes 15, en la esquina de San José y Av. de Mayo, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para marchar hacia la Plaza de los Dos Congresos.
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